jueves, 8 de noviembre de 2007

Luciérnaga noctámbula

Atraparé tu luz, luciérnaga noctámbula.
Echaré raíces en el bosque como el ombú
y dejaré que te embriagues en mis ramas...

Y cuando henchida estés de flores y nostalgias
buscando tu destino ceniciento
en la espesura de la noche
besando alguna cala;

Y mientras la luna desnuda se esconda
de los ojos de un perro que le ladra...

yo extirparé entonces tu brillo,
¡la lucecita de tu cuerpo!
con el escalpelo de mi alma...

Y volveré a ser un niño alegre
que resucita pleno
y que corre por el bosque como un ciervo
libre de ataduras, sin mordazas
con una sonrisa cálida en su rostro
y unos ojos vagabundos
que titilan en la noche
casi mágica...

Y seré acaso por defecto
o capricho del destino
una crisálida que se trasmuta
en mariposa
y desea ser querido y añorado
en su esencia absoluta
en forma irresoluta
¡espléndida!
como el brillo de una luciérnaga
¡como el brillo de una luciérnaga noctámbula!

Ali Al Haded

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