martes, 28 de agosto de 2007

Rue de Rivoll 53

París, 1939

Querido Diego,

¿Cómo estás, barrigón? ¿Porqué no me dijiste que París sería una pesadilla? Los franceses son la gente más pretenciosa y aburrida del mundo. Preferiría sentarme en el suelo de un mercado en Toluca vendiendo tortillas a tener que escuchar la cháchara de las perras artísticas de París.

En realidad no ha habido tanto interés por la exposición como prometió Bretón. Aquí los artistas mexicanos no somos más que una curiosidad exótica. En general, he estado muy sola y me muero por recibir noticias de casa.

Diego, esta carta es una mentira. París se ha portado bien conmigo, pero sin ti no significa nada. Toda la rabia de nuestros años juntos pasa a través de mí y me deja con el convencimiento de que te amo más que a mi propia piel. Y aunque tu no me ames tanto, si me amas un poquito, ¿no? Si esto no fuera cierto, siempre tendré la esperanza de que podría serlo.

Te adoro,
Frida

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