miércoles, 19 de diciembre de 2007
Y todo lo demás no importa
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan só1o a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.
Pedro Salinas
lunes, 17 de diciembre de 2007
Vaya uno a saber
la calle de sol tempranero
se transforma de pronto
en atajo bordeado de muros vegetales
el rascacielos da la visión despiadada
de un acantilado de poder
los colectivos pasan raudos
como benignos rinocerontes
y en un remoto bastidor de cielo
las nubes son sencillamente nubes
la muchacha cargada de paquetes
es una hormiga demasiado obvia
y en consecuencia la descarto
pero el lisiado de noble rostro
ése sí avanza como un cangrejo
la monjita joven de mejillas ardientes
crece como un hongo sin permiso
el hollín va siendo lentamente rocío
y el olor a petróleo se convierte en jazmín
y todo eso por qué
sencillamente porque
en la primera línea
pensé en vos
amiga
Mario Benedetti
lunes, 10 de diciembre de 2007
viernes, 30 de noviembre de 2007
Juan Gelman
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
jueves, 29 de noviembre de 2007
lunes, 26 de noviembre de 2007
Anna
y son tantas despedidas
llenas de promesas vanas.
Anna, ¿qué será de nosotros
cuando caigamos y otros
ocupen nuestro lugar?
Anna, ¿dónde será la batalla
próxima en que perdamos
la guerra contra la soledad?
Anna, volverás a escuchar
las piedras que contra tu ventana
lanzó la felicidad.
Anna, es tan corta la vida,
quizás me vuelva mentira
y no te conozca mañana.
Anna, cuando te esconda un abrazo
recuerda entonces el año
en que forjamos la paz.
Anna, quizás me marche y no vuelva,
quizás me muera y no tengas
que maldecirme jamás.
Anna, te veo y me declaro culpable
de desear tu presencia
más que desear la paz.
Anna, ¿qué hago yo con mis canciones,
con el manojo de escarcha,
con mis ganas de matar?
Anna, ¿qué hago yo con las montañas
de papeles que he firmado
jurando morir o amar?
Jurando morir o amar.
Anna
viernes, 23 de noviembre de 2007
jueves, 22 de noviembre de 2007
No puedo evitar
Tu imagen es real en mi mundo de silencio
Las palabras quedan... más y más atrás
Porque tu y sólamente tu....
... ocupas mi mente
lunes, 19 de noviembre de 2007
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jueves, 8 de noviembre de 2007
Luciérnaga noctámbula
Echaré raíces en el bosque como el ombú
y dejaré que te embriagues en mis ramas...
Y cuando henchida estés de flores y nostalgias
buscando tu destino ceniciento
en la espesura de la noche
besando alguna cala;
Y mientras la luna desnuda se esconda
de los ojos de un perro que le ladra...
yo extirparé entonces tu brillo,
¡la lucecita de tu cuerpo!
con el escalpelo de mi alma...
Y volveré a ser un niño alegre
que resucita pleno
y que corre por el bosque como un ciervo
libre de ataduras, sin mordazas
con una sonrisa cálida en su rostro
y unos ojos vagabundos
que titilan en la noche
casi mágica...
Y seré acaso por defecto
o capricho del destino
una crisálida que se trasmuta
en mariposa
y desea ser querido y añorado
en su esencia absoluta
en forma irresoluta
¡espléndida!
como el brillo de una luciérnaga
¡como el brillo de una luciérnaga noctámbula!
Ali Al Haded
miércoles, 7 de noviembre de 2007
martes, 6 de noviembre de 2007
Piés fríos
Cuando no puedo mirar tu cara
miro tus pies.
Tus pies de hueso arqueado,
tus pequeños pies duros.
Yo se que te sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
Tu cintura y tus pechos,
la duplicada púrpura
de tus pezones,
la caja de tus ojos
que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.
Pero no amo tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.
Pablo Neruda
miércoles, 31 de octubre de 2007
Toda la lluvia de un día gris londinense
Hacerte venir
Si yo pudiera llevarte a ocultas donde voy
y regalarte toda la lluvia de un día gris,
enamorarte a media voz
cuando ni el viento me pueda oír,
si yo pudiera de donde estoy...
hacerte venir.
Si yo pudiera hallar lugar y amarte aquí,
desvistiendo las tantas horas de quietud,
guardar lo inmenso de ese olor
a fin de enero ya por vivir,
si yo pudiera de donde estoy...
hacerte venir.
Si yo pudiera ganar la prisa y ver el mar,
delineando la irrealidad de tu existir,
juntar suspiro y soledad
cuando el olvido debe partir.
Si yo pudiera de donde estoy,
ay amor, hacerte venir
para encender la ciudad y el sol
con ademanes de tempestad,
si yo pudiera de donde estoy
ganar la prisa y volver al mar.
Si yo pudiera ahogar la brisa, la humedad,
y proponerme salvar el beso que elegí,
alimentar la claridad de una esperanza,
aun por teñir, si yo pudiera de donde estoy...
hacerte venir.
Si yo pudiera ahogar la sed, la edad,
la voz, reconquistarte
con lo que queda por decir,
unir de un golpe mi ansiedad
y la curva suave de tu sentir.
Si yo pudiera de donde estoy,
ay amor, hacerte venir
no hubiera ardores que violentar,
ni bandoleras que consentir;
si yo pudiera de donde estoy,
ay amor, hacerte venir,
armar de fuego la dignidad,
perder el sitio para fingir.
Si yo pudiera de donde estoy,
ay amor, hacerte venir,
tener tu boca y tu corazón
cuando el deseo me quiera hervir;
si yo pudiera de donde estoy,
ay amor, hacerte venir
si yo pudiera de donde estoy,
ay amor... hacerte venir!
Amaury Pérez
martes, 30 de octubre de 2007
lunes, 29 de octubre de 2007
Especial domingo
Vuelves
Volvemos
Nos quedamos
No nos vamos
Sigues esperando en la escalera o en un coche
Sigo esperándote en el rastro
Llegas y me avisas
Mejor aún te quedas
Te enredas y me enredo
Tacto
Me filtro, me infiltro, me escondo
Foto robada, prestada, tomada
Bye
Vuelves
Vuelvo
Valiente otra vez
Sabor, olor, sonido
Paracaídas
No nombramos
Los nombres no importan
Palpitamos
Coca cola y café
Bruma
Piés fríos
Manos
Frías también
Cuello frío
Manos frotando tus piés
Astronauta
Vivimos
Volamos
Continuamos
Hablamos
Vivimos
Soñamos
Vivimos
Leémos
Escuchamos
Exploramos
Recorremos
Carreteamos
Pueblos
Aeropuertos
Sentimos
Aprendemos
Vivimos
¿Joaquinita?
No pensamos
1+1
Vivimos
Estamos
miércoles, 24 de octubre de 2007
martes, 23 de octubre de 2007
lunes, 22 de octubre de 2007
La Tregua
viernes, 19 de octubre de 2007
miércoles, 17 de octubre de 2007
Miradas
martes, 16 de octubre de 2007
lunes, 15 de octubre de 2007
Summa Vitae
ya sólo van quedando
rastros, marañas, conjeturas,
pistas dudosas, vagas informaciones:
por ejemplo, la lluvia en la lucerna
de un cuarto triste de París,
la sombra rosa de los flamboyanes
engalanando a franjas la casa familiar de Camagüey,
aquellos taciturnos rastros de Babilonia
junto a los barrizales suntuosos del Éufrates,
un arcaico crepúsculo en las Islas Galápagos,
los prolijos fantasmas
de un memorable lupanar de Cádiz,
una mañana sin errores
ante la tumba de Ibn'Arabi en un suburbio de Damasco,
el cuerpo de Manuela tendido entre los juncos de Doñana,
aquel café de Bogotá
donde iba a menudo con amigos que han muerto,
la gimiente tirantez del velamen
en la bordada previa a aquel primer naufragio...
Cosas así de simples y soberbias.
Pero de todo eso ¿qué me importa
evocar, preservar después de tan volubles
comparecencias del olvido?
Nada sino una sombra
cruzándose en la noche con mi sombra.
José Manuel Caballero Bonald (1926)
Manual de Infractores
miércoles, 10 de octubre de 2007
Nächtlich
- Frescor de los vidrios
al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse
nos dejan todavía más solos.
Telaraña que los alambres
tejen sobre las azoteas.
Trote hueco de los jamelgos que
pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar
el aullido de los gatos en celo,
Y cuál será la intención de los papeles
que se arrastran en los patios vacíos?.
Hora en que los muebles viejos aprovechan
para sacarse las mentiras,
Y en que las cañerías
tienen gritos estrangulados,
Como si se asfixiaran
dentro de las paredes.
A veces
se piensa,
Al dar vuelta la llave
de la electricidad,
En el espanto que
sentirán las sombras,
Y quisiéramos
avisarles
Para que tuvieran tiempo
de acurrucarse en los rincones.
Y a veces las cruces
de los postes telefónicos,
Sobre
las azoteas,
Tienen algo
de siniestro
Y uno quisiera
rozarse a las paredes,
Como un gato
o como un ladrón.
Noches
en las que desearíamos
Que nos pasaran
la mano por el lomo,
Y en las que
súbitamente se comprende
Que no hay ternura comparable
A la de acariciar algo que duerme.
Oliverio Girondo
martes, 9 de octubre de 2007
¿Porqué no?
Porqué no,
nosotros, sin temor,
nos hicimos a la mar
porque
la mar
era nosotros.
Alejandro Aura
lunes, 8 de octubre de 2007
Noche en blanco
Quién iba a prever que el amor, ese informal, se dedicara a ellos tan formales. Mientras almorzaban por primera vez, ella muy lenta y él no tanto, y hablaban con sospechosa objetividad de grandes temas en dos volúmenes. Su sonrisa, la de ella, era como un augurio o una fábula. Su mirada, la de él, tomaba nota de cómo eran sus ojos, los de ella. Pero sus palabras, las de él, no se enteraban de esa dulce encuesta. Como siempre o casi siempre la política condujo a la cultura, así que por la noche concurrieron al teatro sin tocarse una uña o un ojal, ni siquiera una hebilla o una manga y como a la salida hacía bastante frío y ella no tenía medias, sólo sandalias por las que asomaban unos dedos muy blancos e indefensos, fue preciso meterse en un boliche. Y ya que el mozo demoraba tanto ellos optaron por la confidencia. Extra seca y sin hielo por favor. Cuando llegaron a su casa, la de ella, ya el frío estaba en sus labios, los de él, de modo que ella fábula y augurio le dio refugio y café instantáneos. Una hora apenas de biografía y nostalgias hasta que al fin sobrevino un silencio. Como se sabe en estos casos es bravo decir algo que realmente no sobre. El probó sólo falta que me quede a dormir. Y ella probó por qué no te quedás. Y él, no me lo digas dos veces. Y ella bueno, por qué no te quedás. De manera que él se quedó en principio a besar sin usura sus pies fríos, los de ella. Después ella besó sus labios, los de él, que a esa altura ya no estaban tan fríos y sucesivamente así, mientras los grandes temas dormían el sueño que ellos no durmieron.
Mario Orlando
viernes, 5 de octubre de 2007
Nanas de la cebolla
Escarcha de tu días y de mis noches.
Hambre y cebolla, hielo negro
y escarcha grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna se derrama
hilo a hilo sobre la cuna.
Ríete, niño, que te traigo
la luna cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas. Soledades me quita,
cárcel me arranca. Boca que vuela,
corazón que en tus labios relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado el vivir
como nunca coloreado.
¡Cuánto jilguero se remonta,
aletea, desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne es
el cielo recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes con cinco azahares.
Con cinco diminutas ferocidades.
Con cinco dientes como cinco
jazmines adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
jueves, 4 de octubre de 2007
Compañero de viaje
La noche del 4 de octubre de 1957, la astrofísica soviética Alla Masevich estaba en Madrid. Había llegado al frente de una delegación de científicos de la URSS para participar en un ciclo de conferencias sobre el Año Geofísico Internacional que se celebraba en España, anclada por entonces en el ecuador del franquismo. Cuando aquella noche trascendió el lanzamiento por Moscú del primer satélite de la Historia, una bola metálica de 83,6 kilos y 58 centímetros de diámetro provista de dos radiotransmisores y cuatro largas antenas, los científicos soviéticos dormían plácidamente en su hotel. Ajenos a la resonancia del primer pistoletazo cósmico de la carrera espacial, Masevich y los suyos se levantaron sobresaltados por el coro de graznidos estridentes («¡Sputnik!, ¡Sputnik!») que resonaba en el pasillo. Como poseídos por aquella nueva y exótica palabra ('sputnik' significa en ruso 'compañero de viaje'), una jauría de periodistas aporreaba las puertas de sus habitaciones pidiéndoles información.
«Masevich y los suyos no sabían nada del lanzamiento del Sputnik y pensaron que se trataba de una acción antisoviética, por lo que llamaron a la embajada», relata entre risas Boris Chertok, adjunto entre 1946 y 1966 de Serguei Koroliov, el padre del Sputnik y mentor del programa espacial soviético. «Nos reímos mucho cuando luego nos contaron el miedo que habían pasado en aquel hotel», recuerda Chertok, padrino e impulsor de aquella primera bolita de metal colada por Moscú en el 'pinball' de las estrellas.
miércoles, 3 de octubre de 2007
martes, 2 de octubre de 2007
Otro verso del capitán
yo te inventé en Italia
Estaba solo
El mar entre las grietas
desataba violento
su seminal espuma
Así se preparaba
la abrupta primavera
Los germenes
dormidos entreabrian
sus pezones mojados,
secreta sed y sangre
herían mi cabeza
Yo de mar y de tierra
te construi cantando
Necesite tu boca,
el arco puro
de tu pequeño pie,
tu cabellera
de cereal quemado.
Yo te llamé y viniste de la noche,
y a la luz entreabierta de la aurora
encontré que existías
y que de mi como del mar la espuma
tu naciste, pequeña diosa mía
Fuiste primero un germen acostado
que esperaba
bajo la tierra oscura
el crecimiento de la primavera,
y yo dormido entonces
sentí que me tocabas
debajo de la tierra,
porque ibas a nacer,
y yo te habia sembrado
dentro de mi existencia
Luego el tiempo
y el olvido vinieron
y yo olvide que estabas conmigo
creciendo solitaria
dentro de mí, y de pronto
encontré que tu boca
se había levantado de la tierra
como una flor gigante
Eras tu que existías
Yo te habia creado
Mi corazón entonces
temblo reconociéndote
y quiso rechazarte
Pero ya no pudimos.
La tierra estaba llena
de racimos sagrados
Mar y tierra
en tus manos estallaban
con los dones maduros
Y así fue tu dulzura derramandose
en mi respiración y en mis sentidos
porque por mi fuiste creada
para que me ayudaras
a vivir la alegría.
Y así, la tierra,
la flor y el fruto, fuiste,
así del mar venias
niña de mar
con el sol por detrás
sumergida esperando
y te tendiste junto a mí en el sueño
del que no despertamos
Pablo Neruda
sábado, 29 de septiembre de 2007
viernes, 28 de septiembre de 2007
jueves, 27 de septiembre de 2007
Utopía
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía
Mario Benedetti
miércoles, 26 de septiembre de 2007
martes, 25 de septiembre de 2007
How, high, how high...how high...
lunes, 24 de septiembre de 2007
In Xóchitl, in Cuícatl (Flor y Canto)
cual jades los voy engarzando,
con ellos hago un collar,
el oro de sus cuentas es resistente.
¡Adórnate con ellos!
Son tu riqueza en la región de las flores...
Son tu riqueza aquí sobre la tierra...
martes, 18 de septiembre de 2007
Bye - Ven
Te vas
Nos vamos, nos marchamos
Me esperas sentada en la escalera leyendo Rayuela
Te espero sentado en un banco leyendo El País
Llegas y me avisas
Llego y te aviso
Foto prestada
Vaivén
Bye
Ven
No te vayas
Nunca te vayas
Valiente
No buscamos
Nos buscamos
Encontramos
Cerveza y tinto de verano
Escuchas estrellitas
Escuchamos un montón de estrellitas
Me cuidas, te cuido, nos cuidamos
Compañera, compañero
Dudas, dudo, nos dudamos
te aclaras, me aclaro
me aclaras, te aclaro
Espejos reflejados
Bruma
Piés fríos
Esquimala
Fluimos
No pensamos
Vivimos
Volamos
Vivimos
Hablamos
Vivimos
Soñamos
Vivimos
Exploramos
Sentimos
Aprendemos
Vivimos
No pensamos
1+1
Vivimos
BYE
VEN
Vayamos
lunes, 17 de septiembre de 2007
Dos pájaros carreteando
viernes, 14 de septiembre de 2007
Habana
Mojas el pan
En el plato vacío
Y apagas la televisión
Abres la ventana
Y miras afuera
La ciudad te espera
En algún lugar
Sales a la calle
Y llegas al muro
Donde acaban todos
Donde empieza el mar
Cuentas los pasos
Regresando a casa
Y prendes la televisión
Te quedas dormido
Y cuando empieza el himno
Te vas a la cama
Te vas a soñar…
Luna…
Algo está sucediendo
Estoy sintiendo que esta vez
Me están dejando solo
Al menos solo
Como la noche…
Luna…
Mojas tu cara
Como cualquier día
Y te vas sin afeitar
Te compras la prensa
Y notas que al mundo
Le ha cambiado el rostro
Para bien o mal
Y sigues caminando
Y te vas al muro
Donde acaban todos
Donde empieza el mar…
Luna…
Algo está sucediendo
Estoy sintiendo que esta vez
Me están dejando solo
Al menos solo
Como la noche…
Luna…
Algo está sucediendo
Estoy sintiendo que esta vez
Me están dejando solo
Al menos solo
Como la noche…
Noche…
Mojas el pan en el plato vacío
Y apagas la televisión
Sales a la calle y te vas al muro
Donde siempre hay alguien
Donde empieza el mar…
martes, 11 de septiembre de 2007
Sin prisa
Sin prisas
Como el vaivén
de un péndulo
que no para
Abrazando el alma
y sin correr
Palpitando
Será para los dos
lunes, 10 de septiembre de 2007
Balcones
Rima XVI
Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón,
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.
Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.
Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón,
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo,
respiro yo.
Gustavo Adolfo Bécquer
(Sevilla, 1836 - Madrid, 1870)
Propongo
y la subida y bajada de las mareas
y la increíble variedad de flores
los insectos y la yerba mojada
el amanecer como una bonita canción
la luna llena amarilla entre los edificios
apreciar la suavidad de los buenos momentos
la poderosa suavidad
de los buenos momentos.
Pedro del Pozo
jueves, 6 de septiembre de 2007
Signos de puntuación
aunque nunca pueda decirlos cerca
ni tú los susurres a mi oído
Déjame abrir el libro
y escoger la mejor página de mi memoria
y en su principo pondré tu nombre
Siguiendo la historia te escribo estos versos
y no sé si los versos son amores
que se besan con letras
y suspiran con ciertos puntos suspensivos...
¿si la interrogación realmente interroga?
o sólo busca dar certeza al corazón
Si la admiración es necesario cerrarla
o abrirla en principio
y dejarla correr por tu cuerpo
—al final mi admiración por vos
se vuelve permanente
Si el punto y aparte es para cambiar de pose
y mirarte desde otro ángulo
o es para dar paso a un tema que te invoque
El punto y coma sólo es un pretexto
para recobrar en un instante la fuerza
y respirar en el atardecer
antes de una nueva entrega
Los versos tiene fuerza de acento
cuando se pronuncia un tú
cuando te enlanzas en mí
también se acentúan las promesas visibles
si no suenan siempre son imposibles
Hay un símbolo para contraer
para evitar las distancias
y encontrarnos más cerca
pueden ser brazos o labios
o el aroma de los sexos
el beso dulce
o mis manos en tus senos
Como verás
los versos son amores
que entre letra y letra se besan
que entre línea y línea se entregan
a veces sólo falta el título
para iniciar este juego
que se escribe en pasiones
Basta poner después
cuando el vacío se extienda
el punto final a este texto
de lo que es en nosotros
la vida en un poema
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Los amorosos
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.
Jaime Sabines
Previsiones
AZUL NEGRO
--------------------------
ROJO AZUL
AZUL ROJO
--------------------------
O QUIZAS MÁS
LO PRIMERO
QUE LO SEGUNDO